¿Por qué los cárteles ejecutan a músicos en México? La letal conexión entre narcocorridos y crimen
Asesinato de 5 integrantes del grupo Fugitivo es el caso más reciente
"Soy el dueño del palenque. Cuatro letras van al frente. Soy del mero Michoacán. Donde la tierra es caliente. Soy el 'Señor de los Gallos', el del cártel jalisciense", así arranca una canción de Los Alegres del Barranco sobre Nemesio Oseguera Cervantes, alias "El Mencho", líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Como esa, cientos de canciones en México narran y glorifican la vida de los capos del narcotráfico, especialmente dentro del género regional mexicano y su variante más reciente: los llamados corridos tumbados.
Pero la violencia narco no solo se canta, también se vive. Y cada vez con más frecuencia, los escenarios musicales se transforman en zonas de riesgo. El asesinato de 5 integrantes del grupo Fugitivo, en Tamaulipas, es el caso más reciente que atestigua la peligrosa relación entre música y crimen organizado.
Emboscada mortal
El 25 de mayo, 5 integrantes del grupo Fugitivo fueron secuestrados mientras viajaban en una camioneta rumbo a una presentación en Reynosa, Tamaulipas. Días después, sus cuerpos fueron hallados en un predio del municipio. El único sobreviviente fue un sexto integrante que se salvó por haber llegado tarde al punto de reunión.
Según las primeras investigaciones, el ataque habría sido perpetrado por una célula del Cártel del Golfo conocida como "Los Metros", una facción con fuerte presencia en Reynosa. Las hipótesis apuntan a dos posibles móviles: una negativa del grupo a pagar "derecho de piso" o la sospecha de que tuvieran vínculos con un cártel rival.
No es un caso aislado. De hecho, el crimen de Fugitivo forma parte de una larga lista de músicos asesinados en México por motivos similares: tocar para un bando "rival", cantar lo que no debían o simplemente estar en el lugar y momento equivocados.
Casos que estremecen
Existen múltiples precedentes de músicos ejecutados por sus vínculos —reales o percibidos— con el narcotráfico. Estos son algunos de los casos más conocidos:
- Kombo Kolombia (2013): 17 integrantes del grupo fueron secuestrados tras una presentación privada en Hidalgo, Nuevo León. Sus cuerpos aparecieron días después en un pozo, con signos de tortura. La Fiscalía apuntó al Cártel de Sinaloa como posible responsable, en represalia por tocar para un grupo rival.
- Herederos de Sinaloa (2008): 4 músicos fueron asesinados en Culiacán tras ser emboscados en su camioneta. Aunque nunca se esclareció el móvil, se sospechaba que algunas de sus canciones exaltaban a líderes de facciones enemigas.
- Valentín Elizalde (2006): Conocido como "El Gallo de Oro", fue asesinado tras un concierto en Reynosa. Durante el show interpretó "A mis enemigos", tema considerado una provocación a Los Zetas.
- Sergio Gómez (2007): Vocalista de K-Paz de la Sierra, fue secuestrado y asesinado tras una presentación en Morelia, Michoacán. Días antes, había sido advertido de no tocar en la región. Ignoró la amenaza. Su cuerpo apareció con signos de tortura.
Corridos: de la revolución al narco
Los corridos tienen una larga tradición en la cultura mexicana. Surgieron en el siglo XIX como una forma de crónica oral que relataba hazañas, injusticias y rebeliones. Durante la Revolución Mexicana, contaban las gestas de personajes como Pancho Villa o Emiliano Zapata.
Con el tiempo, esos héroes populares fueron reemplazados por figuras del narcotráfico. Así nacieron los narcocorridos, canciones que relatan las proezas y excesos de los capos: sus fugas, lujos y actos violentos. Algunos incluso funcionan como propaganda de los propios cárteles.
En la última década, este subgénero evolucionó hacia los corridos tumbados, una mezcla de regional mexicano, trap y reguetón que ha llevado estas historias a una audiencia más joven y global. Artistas como Peso Pluma, Natanael Cano o Fuerza Regida han convertido estos temas en fenómenos virales en plataformas como Spotify, TikTok y escenarios internacionales.
Corridos tumbados: éxito global, rechazo político
Los corridos tumbados han roto fronteras. Peso Pluma, por ejemplo, hoy es uno de los artistas latinos más escuchados del mundo, ha llenado estadios en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, su ascenso también ha atraído la atención de los cárteles.
En setiembre de 2023, recibió amenazas directas del Cártel Jalisco Nueva Generación mediante narcomantas colgadas en distintos puntos de Tijuana. El mensaje le advertía que no se presentara en la ciudad. El cantante canceló no solo ese concierto, sino también presentaciones en Culiacán, Acapulco, Puebla y León.
El fenómeno también ha tenido repercusiones políticas. El expresidente Andrés Manuel López Obrador criticó en varias ocasiones estas canciones por "fomentar la cultura de la muerte". Su sucesora, Claudia Sheinbaum, también ha expresado preocupación, aunque ninguno de los dos ha promovido una censura directa. En su lugar, han hecho llamados a la juventud para rechazar ese tipo de contenidos.
Vetos internacionales
Las repercusiones del fenómeno también han cruzado las fronteras mexicanas. En abril, Los Alegres del Barranco se quedaron sin visa para ingresar a los Estados Unidos tras proyectar imágenes de "El Mencho" durante un concierto, mientras interpretaban un corrido sobre el narcotraficante.
Más recientemente, Grupo Firme también canceló una presentación en Estados Unidos alegando "problemas administrativos" con autoridades migratorias. Aunque no se ofrecieron detalles, varios medios locales especularon sobre una investigación relacionada con el contenido de sus canciones y la promoción de símbolos asociados al narcotráfico.
