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“Nos soltaron disparos”: Venezolana y sus hijos sobrevivieron a emboscada en la selva panameña

Les dijeron que no eran asaltantes si no un grupo de "protección".

Por Carlos Castro | 20 de Oct. 2023 | 8:04 am

(CRHoy.com) Lajas Blancas del Darién se convirtió en el refugio de muchos lamentos, pero también en la esperanza de la mayoría de migrantes que lograron superar la selva que comunica a Colombia por Panamá, por la que miles de personas caminan a diario con el objetivo de avanzar hacia Norteamérica.

El Centro de Recepción de Migratoria de esa localidad ubicada en la salida de la jungla, es el escenario de muchas historias de personas que con sus ojos y lágrimas comunican mucho más que las propias historias que cuentan.

Una de ellas es Estefany Sulbarán, una joven que decidió emprender el viaje desde Venezuela junto a sus hijos, una pequeña de 1 año y un niño de 4 años.

Ellos llegaron primero a Acandí, Colombia y luego atravesaron el peligroso bosque, toda esa caminata y paso entre botes tardó 9 días, debido a que tenían que parar muy seguido por los dos pequeños.

Pese a que les habían advertido que la ruta iba a ser muy duro y alta exigencia física, lo que no se esperaban era que delincuentes armados los abordaran para quitarles todo lo que llevaban en sus maletas.

"Nos robaron… Salieron dos chicos con pistolas, hasta nos soltaron dos disparos porque nos querían ganar las pertenencias y había dos más con rifles escondidos…

… Ellos vieron que estábamos con niños y salieron del río, nos dijeron que entregáramos todo, que no era un robo, que cooperáramos, que nos estaban protegiendo y más adelante había un campamento de ellos donde nos podíamos quedar todos y en realidad no había campamento, no había nada, era para intimidarnos. Nos quitaron el dinero y la ropa, por eso mis niños andan sin ropa", contó la suramericana con sus hijos en el regazo.

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Vio al menos 7 muertos en 2 días

Cuando se le pregunta a los migrantes sobre lo más duro de su travesía, la mayoría asegura que el desgaste físico pasa la factura, pero el mental es lo que más los golpea, pues casi todos ven personas muertas en el recorrido.

Para ellos encontrarse con cadávares se convirtió algo "normal" conforme caminaban por la selvan, sin embargo, no dejó de ser algo tortuoso.

"Es feo, un veo los muertos por todo lado. Había un señor tirado a la orilla del río, como que se cayó, había una señora en una hamaca con un bebé por uno de los caminos de barro, también nos encontramos un cuerpo de un señor forrado en un bolso, solo se le veía la cabeza … Yo vi como 7 muertos en dos días", contó Sulbarán.

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La selva del Darién abarca 575.000 hectáreas y transitarla supone peligros insospechados para la mayoría de las personas que emprenden ese viaje, sobre todo si lo hacen durante la estación seca.

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