Narco internacional podría estar ordenando homicidios en Costa Rica, sospecha la Fiscalía
Grueso de casos registrados hasta la fecha estarían ligados a pugnas por narcomenudeo
Pese a que la mayoría de los homicidios por sicariato en Costa Rica están vinculados con pugnas entre bandas narcotraficantes que operan a escala local, el Ministerio Público no descarta que algunos de los casos estén influenciados por organizaciones criminales de escala internacional.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) registró más de 264 homicidios dolosos al 14 de abril (una cifra similar a la reportada al 10 de abril de 2024). Más del 80 % de los crímenes se perpetraron bajo la modalidad del sicariato y, por tanto, estarían relacionados con disputas entre organizaciones narcotraficantes.
Producto de este fenómeno, 2023 y 2024 concluyeron como los años más sangrientos desde que se tienen registros en el país.
Carlo Díaz Sánchez, fiscal general del Ministerio Público, explicó que el grueso de los hechos sangrientos reportados hasta esta fecha se debe a las pugnas entre organizaciones criminales que operan internamente en el territorio nacional. Sin embargo, no se descartan otros escenarios.
"La mayoría son por tráfico nacional, pero no descartamos que haya (homicidios) por tráfico internacional", citó el funcionario.
Díaz expuso que en Alajuelita, Limón o San José operan organizaciones narcotraficantes que luchan por el control de esos territorios y en ese contexto se generan numerosos crímenes. "La mayoría del sicariato se debe a esa lucha por territorio, pero no descartamos que algunos homicidios se den por tráfico internacional. Ya esa es otra modalidad del narcotráfico", dijo.
De hecho, según el OIJ y el Ministerio Público, Alejandro Arias Monge, alias "Diablo", uno de los presuntos líderes narcotraficantes más buscados por las autoridades policiales, tendría nexos con agrupaciones delictivas de Sudamérica o Norteamérica.
Arias Monge, oriundo de Pococí, logró extender la influencia hacia otras zonas del país, como San Carlos o Guanacaste. Actualmente, es buscado por las autoridades policiales por la aparente relación con homicidios, tentativas de homicidio y delitos de narcotráfico.
Desde setiembre de 2020, Arias figura como uno de los principales objetivos del OIJ.
El fiscal Díaz recordó que, por la ubicación geográfica, Costa Rica es un punto estratégico para el trasiego de drogas entre el sur y el norte del continente.
"Ha sido un incentivo para narcotraficantes extranjeros. Se nacionalizan de manera muy fácil y de aquí no van a poder ser extraditados. Entonces, continúan y desarrollan esa actividad en el país", puntualizó el funcionario.
Entre los casos recientes más recordados destacan el del libanés Elías Akl, asesinado a tiros frente a una escuela en Guachipelín de Escazú en mayo de 2017 y el del político guatemalteco Claudio Sisniega, quien murió acribillado en mayo de 2016 sobre vía pública, en Moravia.
En años recientes, en la provincia de Limón, se asentó un grupo criminal denominado "La H", fundado y operado por ciudadanos hondureños, quienes han procurado apropiarse a punta de violencia de actividades asociadas al sicariato y al narcotráfico internacional.
¿Por qué las pugnas por narcomenudeo se acrecentaron en los últimos 2 años? En países productores de cocaína, como Costa Rica, la elaboración de droga se incrementó. Antes era usual que las organizaciones narcotraficantes pagaran por el trasiego hacia otros países únicamente con dinero, pero ahora lo hacen con la misma cocaína y dicha droga termina siendo vendida en el país.

Un hombre fue asesinado en Piedades de Santa Ana el 11 de febrero de 2025 mientras intentaba abordar un bus. Cortesía
Randall Zúñiga López, director general del OIJ, explicó a mediados de marzo que la principal alternativa para frenar la ola de homicidios que azota el país es el control territorial por parte de la policía.
Para el funcionario, los resultados así lo demuestran. Intervenciones recientes del OIJ en Batán, Limón, Puntarenas y Alajuelita consiguieron temporalmente reducir a 0 los asesinatos mientras los agentes mantenían la presencia sitios determinados.
"Ya ha quedado demostrado con 4 intervenciones que ha hecho el OIJ: una en Limón centro el año pasado, una en Puntarenas en julio del año pasado, y otra muy evidente en los barrios del sur, estamos hablando de Hatillos, Desamparados y Alajuelita. Estuvimos ahí 22 días y no hubo un solo homicidio. Después, estuvimos en Batán un mes y 21 días, y no hubo un solo homicidio. Es más, el día que nos retiramos de Batán, que fue el viernes en la noche, se dieron homicidios los días siguientes, sábado y domingo", señaló el jerarca policial.
Otro ejemplo de la efectividad de esta medida es la reducción de hasta un 40% de otros delitos en la zona, justo durante ese operativo en la comunidad de Matina, Limón. Hubo despliegue de los agentes judiciales a inicios de 2025, en horario continuo y especialmente en horas de la noche.
La presencia policial permanente no es responsabilidad del OIJ, sino que le corresponde a la Fuerza Pública y a los demás cuerpos adscritos al Ministerio de Seguridad Pública (MSP). Pese a los operativos especiales que ejecuta el OIJ y al apoyo que brinda, la falta de recursos, los altos costos y la necesidad de avanzar con las investigaciones de delitos impiden que extiendan prolongadamente ese control territorial.
"Aquí el tema de control territorial que se tiene que ejercer evidentemente le corresponde a la Fuerza Pública. Nosotros colaboramos por un tema de disuasión, pero se requiere generar estos espacios de control territorial para que no se generen tantos homicidios", indicó Zúñiga.
El país cerró 2024 con 880 asesinatos, siendo el segundo año más violento en la historia de Costa Rica.
El 2023 fue el año más violento jamás registrado, con 907 homicidios dolosos (la mayoría vinculados a ajustes de cuenta por pugnas locales entre grupos narcotraficantes).
En tanto, 2022 cerró con 654 homicidios dolosos (66 más que en 2021). Así las cosas, con los datos existentes a la fecha, durante la Administración Chaves Robles se han experimentado los 3 años más violentos en la historia costarricense desde que existen registros: 2022, 2023 (el más violento hasta la fecha) y el 2024.