Informe: Ticos dieron un “mandato frágil” a nuevo gobierno
Elecciones pasadas no modificaron fundamentos de la gobernanza nacional
(CRHoy.com) -Los costarricenses otorgaron un "mandato frágil" al presidente Rodrigo Chaves y su gobierno en las últimas elecciones nacionales.
Así lo apunta el Informe del Estado de la Nación 2022, según el cual esa condición es característica de la falta de mayorías legislativas y de "gobiernos divididos" entre un partido que controla el Poder Ejecutivo y la oposición que domina el Poder Legislativo.
De acuerdo con el análisis, esa tendencia no ha variado desde 2014 y se ha profundizado en el país desde 1994, y los comicios en los que resultó electo Chaves no modificaron los fundamentos de la gobernanza nacional.
"El resultado electoral no varió los fundamentos de la gobernanza del país, los cuales siguen dominados por la composición multipartidista del Parlamento, la fragmentación partidaria y la alta inestabilidad del voto", explicó Ronald Alfaro, investigador y coordinador del capítulo Fortalecimiento a la Democracia del informe.
El investigador agregó que tras las elecciones de 2022 persiste la profunda crisis de representación partidaria.
Otro patrón que se repitió en los anteriores comicios fue la reducción de la participación electoral, un elemento que también caracteriza a los mandatos frágiles.
"En las elecciones recientes, el 60% de las personas empadronadas votó en primera ronda y 57% lo hizo en
el balotaje, registrando el nivel de participación más bajo desde 1953, una propensión creciente en nuestros ciclos electorales desde 1998", se indica en el documento.
La tendencia que sí varió con respecto a otras elecciones fue el peso del voto del Valle Central en la segunda ronda.
Según el informe, ganar con amplio margen los votos de esa región es, generalmente, decisivo para asumir la Presidencia de la República.
"Sin embargo, el partido que ganó la mayoría de esos votos durante la primera ronda no mantuvo el margen de victoria en la segunda, haciendo que la decisión recayera en la periferia del país", se explica.
"Usualmente, el Valle Central es el 'gran elector' del país debido a una concentración mayor de personas votantes y mayor participación electoral, si se lo compara con la periferia, particularmente las costas y zonas fronterizas. Pero, en la segunda ronda, los votos del Valle Central quedaron repartidos entre los dos actores en contienda por poco margen", añadió Alfaro.
En relación con el padrón electoral, el respaldo que obtuvieron las agrupaciones políticas que disputaron el balotaje, el Partido Liberación Nacional (PLN) y el Partido Progreso Social Democrático (PPSD), es más bajo si se le compara con los apoyos electorales que obtuvieron los partidos en 1994.
Inestabilidad del voto
De acuerdo con el informe, la dificultad para ganar mayorías electorales y la decreciente participación en las urnas está relacionada con un problema estructural: la desigualdad económica.
Los investigadores han aplicado una metodología que considera la relación entre indicadores de desigualdad salarial en el mercado de trabajo formal y la participación electoral en las votaciones presidenciales ocurridas desde 2002. El análisis aplicado a las votaciones recientes volvió a confirmar "el efecto político de la desigualdad económica".
"Observamos que cuanto mayor es el porcentaje de ingresos totales en manos del 10% más rico de la población, menor es la participación electoral del distrito", explicó Alfaro.
En 2022, además, se examinó la relación entre la desigualdad y la volatilidad electoral, y la relación entre la desigualdad y el apoyo a los partidos tradicionales.
En cuanto a la volatilidad, según las cifras oficiales del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), en 2022 dos de cada tres electores (65%) votaron por un partido político distinto al que habían respaldado en 2018, la cifra más alta desde 1958.
"Desde esta arista, el resultado muestra que cuanto mayor es la desigualdad económica, mayor es la volatilidad electoral en los distritos", amplió el investigador.
El informe señala que el aumento de la inestabilidad electoral también es producto del descontento de la ciudadanía, un asunto que, en cuanto a la representación política, explica parcialmente el surgimiento de agrupaciones nuevas y la pérdida de apoyo electoral de partidos tradicionales.
Eso conlleva a un nuevo debilitamiento orgánico al sistema de partidos políticos, un fenómeno que está sucediendo en Costa Rica desde inicios del siglo XXI.

