Mundo insólito – Todos por el tesoro
Thomas J. Beale
(CRHoy.com) – Hay un famoso tesoro, el de Thomas J. Beale, cuyo código para encontrarlo ha arruinado el destino y acabado con la vida de un sinnúmero de personas que intentaron obtenerlo.
Como buen aventurero que era, durante un viaje de cacería por la zona entre Nuevo México y Colorado, en el siglo XIX, Beale halló 1.039 kilos de oro, 2.313 kilos de plata y 1.5 millones de dólares en joyas preciosas que, según informes, trasladó al estado de Virginia.
Una vez allí, enterró el cofre supuestamente en algún sitio del condado de Bedford sin dejar otra pista que un código con los detalles de la ubicación, contenido y herencia en tres series de cifras distintas sin que, hasta hora, 200 años después, nadie le haya podido llegar.
El primer mensaje, el que ha tenido al mundo patas arriba, alude a la localización del tesoro; el segundo, que ya se descifró, detalla el monto de la fortuna mientras que el tercero contiene los nombres de los amigos de Beale con derecho a repartirse el botín.
A lo largo de 70 años, convencidos de que visualizaron, soñaron o juraron dar con el cofre, infinidad de cazatesoros han invertido fortunas y hasta se han vuelto locos pero… nada que aparece el mentado tesoro.
Para no mencionar a los que, sumidos y absortos de lleno en el hallazgo del cofre, fueron víctimas de una extraña maldición, como fue el caso del cazatesoros aficionado que descifró la segunda serie de dígitos de Beale y quien perdió a la familia y a sus amigos.
No obstante, mientras algunos se arruinaron, a otros, como Stan Czanowski, les fue excelente al ganar durante siete años alrededor de $70 mil trabajando con bulldozers y dinamitando áreas donde se sospechaba estaba el tesoro escondido.
Se han tejido tantas versiones alrededor de esta leyenda que incluso Mel Fisher, otro aventurero quien descubrió tiempo atrás 40 toneladas de oro y plata en los Cayos de Florida, asegura haber llegado al lugar correcto del tesoro de Beale pero que este ya no estaba.
Amén de los que sostienen y aseguran que, tras matarse investigando, descifrar el código y llegar al supuesto lugar exacto del tesoro, este era totalmente falso.
Primera serie de cifras que indica el lugar del tesoro.
