El “Zar de la lotería” pasó de ser chancero en Alajuelita a montar 300 kiscos para lavar dinero
Antes de incursionar en los juegos de azar reportaba salario de ¢231 mil en trabajos agrícolas y de cría de animales.
Edgar Mora Durán, de 45 años y presunto líder de una organización dedicada a lavar dinero, fue reconocido durante muchos años en Guatuso como un vendedor de lotería. Sin embargo, su abrupto ascenso económico no pasó desapercibido entre los habitantes de la zona.
¿Cómo lo hacía? Mora en apariencia usaba puestos legales de venta de lotería como mampara para lavar el dinero que obtenía de los negocios de lotería clandestina, logrando operar hasta 300 kioscos en Guatuso (80), San Carlos, La Fortuna, Los Chiles, San José y Guanacaste.
Los puestos fueron montados con la colaboración, en tramitología y sistemas tecnológicos de venta, de un funcionario de la Junta de Protección Social (JPS), el cual figura como imputado en la causa penal.
Su historia no se originó en ese cantón alajuelense de la Zona Norte, ya que cuando se trasladó a vivir allí, ya estaba involucrado en varios negocios que le generaban importantes sumas de dinero, según revela la investigación del caso Tómbola.
El trabajo de los agentes de la Sección de Legitimación de Capitales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) comenzó en 2021, tras recibir alertas sobre el crecimiento descontrolado de este personaje, a quien en las comunidades se le apodaba, con temor, "El Zar de la Lotería".
Mora se instaló definitivamente en la zona hace aproximadamente diez años. Sus orígenes son capitalinos, pues es oriundo de Concepción de Alajuelita, donde vivió gran parte de su vida.
El mismo año en que comenzó a expandirse con fuerza en la Zona Norte mediante los kioscos, surgió la primera alerta que vinculó a personas de su círculo cercano con actos delictivos. Su madre, de apellido Durán, y uno de sus hermanos fueron detenidos en Nicaragua en 2015 por tráfico de drogas. Tras recuperar su libertad, regresaron al país, aparentemente para colaborar con el clan que blanqueaba activos.
Al mismo tiempo, uno de sus tíos, de apellidos Durán Cubero y conocido como "Beto Panadero", aún residente en Alajuelita, ya era conocido por la policía debido a sus antecedentes en delitos de narcotráfico y robo de vehículos.
Apareció con ¢20 millones tras laborar criando animales
Según los registros documentados por el OIJ, "Pepe", como lo conocen sus allegados, inició en la venta de lotería en 2010.
Los agentes judiciales lograron recopilar información que confirma que, en ese momento, con apenas 30 años, ingresó a la lista oficial de vendedores de la JPS con una inversión inicial de ¢20 millones.
Las autoridades realizaron un recuento de su historial económico previo, el cual mostraba ingresos que oscilaban entre ¢70.000 y ¢231.000 mensuales entre 2009 y 2017, en la Federación Campesina Cristiana Costarricense.
En esa empresa dedicada a crianza de animales y la producción agrícola, estuvo un año antes de iniciar su incursión en la venta de juegos de azar y durante 8 años más, invirtiendo en la JPS esa elevada suma de dinero.
Cuando logró generar un capital razonable mediante sus ventas legales, comenzó, junto a otros familiares, a invertir en el mismo negocio, creando los "Puestos de venta de Lotería Mora", que con el tiempo se convirtieron en un imperio con fuerte presencia en Guatuso y sus alrededores.
Según el OIJ, Mora desvió dinero hacia puntos de venta clandestinos, cuyas ganancias se transferían a los puestos lícitos que administraba, los cuales funcionaban como fachada para lavar dinero. Ese fue, de acuerdo con la investigación, su primer paso en la comisión de este delito.
"Era mucho el dinero que generaban y tenían que buscar alternativas", dijo Vladimir Múñoz, subdirector interino del OIJ.
Fue por eso que, en los últimos seis años, tuvieron que incursionar en otros negocios, como la venta de autos de lujo, licores y librerías, los cuales le ayudaron a incrementar su capital de manera escandalosa en muy poco tiempo.
"Es importante mencionar que, mediante la investigación, se logró determinar que el presunto líder de este grupo, quien es uno de los principales objetivos a detener, logró un aumento patrimonial importante en los últimos años, siendo que entre los años 2021 y 2022, logró alcanzar una cifra superior a los 1.000 millones de colones", detalló la policía judicial.
Su escalada con los puestos fue tan poderosa que montó, en una de sus propiedades en Guatuso, un taller para fabricar sus propios quioscos de venta de lotería, con logos de la JPS.
Las ganancias se vieron reflejadas en la compra de bienes inmuebles y vehículos, los cuales quedaron en poder de los miembros de la organización.
La Fiscalía de Legitimación de Capitales solicitó la anotación e inmovilización de 70 propiedades que el grupo inscribió mediante 24 sociedades anónimas en las que tenían participación los sospechosos, valoradas en ¢650 millones, así como de 71 vehículos —la mayoría de alta gama— cuyo valor conjunto asciende a ¢740 millones.
Entre estos vehículos figura la maquinaria pesada en la que invirtieron para montar una empresa constructora.
Según el último corte del OIJ, revelado al cierre de esta semana, hasta el momento se ha decomisado lo siguiente:
- ¢362.719.275
- $32.468
- 4 maquinarias pesadas
- 1 embarcación
- 29 vehículos
- 6 armas de fuego (1 rifle; 3 fusiles; 2 pistolas)
- 12 teléfonos celulares
- 14 computadoras
- Joyas (1 reloj; 2 cadenas; 2 anillos)
- Artículos reportados como robados (34 bolsas de leche en polvo; 19 pantallas)
- 45 botellas de whiskey
- 96 botellas de ron