El arte de envejecer bailando: Señoras compartirán escenario con elenco de Danza de la UCR
Presentaciones se realizarán el viernes 23 y 24 de mayo en el teatro de artes de la Universidad de Costa Rica
En Costa Rica hay miles de mujeres apasionadas por la danza que, a lo largo de los años, han destacado por su talento y dedicación. Entre ellas, muchas ya son adultas mayores: algunas fueron bailarinas desde jóvenes y crecieron con ese arte, mientras que otras nunca lo practicaron profesionalmente, pero siempre mantuvieron viva la ilusión de bailar como verdaderas artistas.
Pensando en ellas, la Facultad de Artes, específicamente el Elenco de Danza Universitaria de la Universidad de Costa Rica (UCR), decidió abrir un espacio para que las adultas mayores pudieran cumplir ese sueño pendiente y experimentar la danza desde el corazón y la experiencia de la vida.
Junto al elenco, aproximadamente entre 8 y 9 adultas mayores, deslumbrarán en el escenario del Teatro de Artes de la Universidad de Costa Rica el próximo viernes 23 y sábado 24 de mayo a las 7:00 p. m., donde juntas interpretarán un bolero.
La puesta en escena será una muestra de que las historias no solo se cuentan con palabras, sino también con movimientos. Cada gesto y expresión corporal reflejará la belleza de envejecer, mostrando que en cada arruga hay una vivencia, y en cada paso, una historia que merece ser contada.
Gloriana Retana, directora de Danza Universitaria, resaltó la importancia de ver la vejez como algo bello, alejándose de los estereotipos tradicionales de belleza impuestos por la sociedad:
No se trata solo de narrar con palabras, sino también con el cuerpo, desde distintas edades y lugares. Relatémonos entre todas: mujeres de 75 años, de 40… todas tienen algo que decir a través de la danza. Es una forma de acompañarnos, de darle otra visión a la belleza, no a la establecida socialmente. Estas son mujeres que han buscado formas de moverse, de proponer, de romper con el paradigma tradicional de la vejez, destacó Retana.
Uno de los retos del proceso fue cómo lograr que las y los bailarines jóvenes se adaptaran a trabajar junto a mujeres mayores. Desde el inicio, Retana les planteó que no se trataba solo del resultado final, sino de disfrutar todo el proceso, un principio que forma parte de la identidad del grupo:
Ha sido un proceso de sensibilización, y eso es lo que nos define como agrupación. Ya hemos trabajado antes con otras poblaciones, así que estamos acostumbrados.
Cuando llegó el momento de elegir qué bailarían, no hubo dudas: trabajaron de forma colectiva para que todas las ideas fueran incluidas en la propuesta escénica, y desde un inicio supieron que debía ser un bolero, una decisión que surgió de manera natural y con entusiasmo.
Yo lo sentía, y ellas también lo manifestaron. Fue una necesidad mutua que existiera un bolero en la obra, señaló la directora.
A lo largo del proceso, las adultas mayores han sido las más agradecidas con el Elenco de Danza Universitaria por brindarles un espacio que, según expresaron, pocos imaginan o ofrecen. Para ellas, ha sido una oportunidad para romper con la idea de que la vejez es sinónimo de inactividad o de invisibilización:
No te puedo explicar la cantidad de mensajes de agradecimiento que hemos recibido. Ellas sienten este espacio como un lugar de bienestar, de reconocimiento. Su entrega y gratitud nos alimentan el alma, expresó Retana.
Pero ¿cómo nació esta iniciativa? La idea surgió en 2020, durante la pandemia de COVID-19, cuando el mundo entero se paralizó. En medio del confinamiento, la virtualidad se volvió parte del día a día, y el elenco decidió abrir cursos en línea para diferentes poblaciones.
La directora tenía una gran ilusión de trabajar con personas adultas mayores, por lo que se crearon dos grupos: uno para personas mayores de 50 años y otro para mayores de 80. La respuesta fue sorprendente, incluso con participación internacional:
Fue un proyecto hermoso que llegó a muchas personas. Se conectaron desde Argentina, Washington, Colombia… Las clases se impartían dos veces por semana.
Estos grupos se mantuvieron por más de 1 año, y con el regreso a la presencialidad en 2022, no todas las personas pudieron continuar asistiendo. Fue entonces cuando surgió la idea de formar este nuevo grupo, que hoy se ha consolidado con una propuesta escénica que busca compartir con cientos de personas que la vejez también es sinónimo de belleza, amor propio y aceptación del cuerpo.




