“Con dos años de vapear, sentía lo mismo que gente que tenía hasta 10 o 20 años de fumar”
La nicotina, contenida en vapeadores o cigarrillos, puede ser tan adictiva como la heroína y la cocaína. Sharon Mora es una joven que a sus 25 años ya luchó para dejar de vapear.
Ella vivía como cualquier joven de su edad y recuerda que sus amigos fumaban cigarros, pero cuando le ofrecían decía que no porque no soportaba el olor. "¡Nunca probé un cigarro, nunca!", aseguró.
En una fiesta vio que sus amigos vapeaban y cómo no dejaba mal olor decidió probarlo. A partir de ese momento, cuando iba a alguna fiesta, si le ofrecían vapear lo hacía. En cierto punto decidió que era hora de tener su propio vape.
"Todo el mundo se lo pasaba y ya eso no me gustaba. El primero que compré fue uno baratillo que me costó como 4.000 colones y traía 500 puffs. Recuerdo que me duró unas dos semanas", narró.
La necesidad de vapear de Sharon se convirtió en ansiedad, y recuerda que cuando llegaba a su casa después del trabajo lo primero que hacía era vapear. También, se convirtió en lo primero que hacía al despertar.
"Además, si comía o tomaba café, tenía que vapear; en la casa casi siempre lo andaba en la mano", comentó. Poco a poco empezó a comprar otros más costosos que traían más jaladas, pero cada vez le duraban menos.
Uno de 20.000 puffs en un inicio le duraba 2 meses, pero luego solo 22 días y si salía a alguna fiesta le duraba solo dos semanas.
"Sentía mucho dolor en la garganta y en la cabeza. Mi mamá siempre me decía que era por vapear, me mandaba videos en contra del vapeo y siempre me pedía que lo dejara, pero yo no le hacía caso, aunque en el fondo ya empezaba a sentir miedo. A veces dudaba, pero era tal la ansiedad que sentía si no vapeaba, que seguía haciéndolo", relató.
Apoyo de la CCSS
El consumo llegó a ser excesivo y sus amigos le hacían ver que no estaba bien. De hecho, un compañero del trabajo le comentó sobre las clínicas de cesación de tabaco y vapeo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
"Al principio me sentía muy rara porque solo iban señores que fumaban, pero luego me di cuenta de que teníamos mucho en común: nos pasaban las mismas cosas, sentíamos lo mismo. Yo, con dos años de vapear, sentía lo mismo que esas personas con 10, 20 o más años de fumar.
Pueden decir mil veces que vapear no es malo, pero yo viví en carne propia sus efectos y sentí cómo mi salud física y también mental se estaban dañando. Por eso les digo a los jóvenes que no lo hagan, no tiene sentido esperar a estar enfermos para convencerse de que es malo", explicó.
A Sharon le prescibieron un medicamento utilizado en pacientes con alta dependencia a la nicotina, lo cual determinaron por medio de unas pruebas. Afortunadamente, Sharon ya no vapea, entonces dejó atrás los dolores de cabeza y garganta.

Nicotina
Cuando alguien consume nicotina, en solo 10 segundos llega al cerebro , activando los centros de recompensa y liberando dopamina, el químico del placer.
Marny Ramos, coordinadora de las clínicas de cesación y vapeo de la CCSS, explicó que esto genera una conexión directa entre vapear y "sentirse bien".
Dicha sensación dura solo un momento porque desaparece rápido, y el cuerpo empieza a pedir más: así inicia el ciclo de dependencia.
Con el uso repetido el cerebro se acostumbra a la nicotina y luego se necesita consumir más para sentir el mismo nivel de placer. Al llegar a ese punto, si no se consume aparecen síntomas como:
- Ansiedad.
- Irritabilidad.
- Falta de concentración.
La doctora Ramos explicó que el cerebro de adolescentes y jóvenes es más sensible a los efectos de la nicotina porque el cerebro aún se está formando.
Otros efectos
Juan Ignacio Silesky, especialista en cuidados intensivos del hospital San Juan de Dios, detalló que la nicotina tiene varios efectos. Desde temprano causa dependencia y su necesidad de utilización cada vez más creciente.
Además, tiene efectos cardiovasculares como derrames, infartos agudos al miocardio y mala circulación en extremidadesIncluso puede producir muerte súbita. Además, está relacionada con un aumento en la incidencia de cáncer, sobre todo a nivel de pulmón y de vejiga.
Actualmente, la CCSS tiene a disposición de los asegurados 42 clínicas de cesación de tabaco y vapeo en todo el país. Los interesados pueden acudir al hospital más cercano o al área de salud que le corresponde. También pueden visitar: www.ccss.sa.cr/pub/cesacion/Clinicas-CCSS.pdf