Autoridades identifican nuevas estrategias de criminales para trasegar droga de Costa Rica a Europa
Los grupos de crimen organizado dedicados al trasiego interoceánico de droga no han dejado de enviar su producto ilícito rumbo a Europa u otros países, pese a la instalación de escáneres en la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en Limón.
Simplemente, han afinado y adoptado nuevas técnicas para ocultar los estupefacientes en las exportaciones que salen desde Costa Rica, principalmente a través de los muelles del Caribe nacional, según lo que confirmó el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) Randall Zúñiga.
Han recurrido a introducir la cocaína en chatarra que se exporta en contenedores, dado que los metales dificultan su detección. De hecho, en los allanamientos realizados la semana pasada, por el caso conocido como "Embassy", dentro de los 20 lugares que inspeccionaron las autoridades estaban varias chatarreras.
Adicionalmente, han adoptado la práctica de inmiscuir la droga en lugares donde antes no lo hacían, como los sistemas de refrigeración o entre la madera de las tarimas. También han desarrollado tácticas para que la imagen del escáner no pueda penetrar hasta donde están escondidos los estupefacientes.
Sobre este caso en particular, el ministro de Seguridad, Mario Zamora, afirmó que la logística de los delincuentes es mucho más compleja. "Los escáneres son observación de imágenes y vemos que se utilizó tecnología de punta, por ejemplo en este caso, laminado. Capas que son de un centímetro de grosor y poner cocaína en pequeñas cantidades que lo hacen en un principio, de difícil detección", señaló el jerarca.
El intercambio de información con estructuras criminales europeas les permite también mejorar su capacidad delictiva. Esto despeja el paradigma y ratifica que los dispositivos no son completamente infalibles, mientras los equipos técnicos intentan hacer ajustes para evitar que esta situación se repita.
Contaminación en el puerto
Zúñiga agregó que hay dos formas en las que contaminan los contenedores:
"La forma de hacer es muy similar a como lo han hecho en los últimos 3-4 años: contaminan el producto en la fábrica o el lugar, se está enviando a Moín y lo contaminan en ese transporte que realizan del contenedor.
El otro método es que lo contaminan dentro de las instalaciones de APM Terminals. Evidentemente, cuando hay una contaminación a lo interno de ese lugar, hay personas a lo interno que están generando complicidad", detalló el jefe policial.
Zúñiga explicó que normalmente en caso de que han concretado por exportación de droga, se terminan deteniendo personas que trabajan dentro del puerto, sean personeros de planta o subcontratados.
El caso Embassy, con el cual la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada (FAEDO), en colaboración con la Policía de Control de Drogas y autoridades europeas, logró desmantelar a dos agrupaciones delictivas dedicadas a la remisión de cocaína a España, Portugal, Países Bajos y Bélgica, entre otros destinos, demuestra esa realidad.
Con esta investigación se ratifica que los grupos criminales han buscado mecanismos para adaptarse y continúan operando, en ocasiones ayudados por delincuentes infiltrados en la operación.
Variación de los métodos
Otro de los métodos que han desarrollado para evadir los controles instalados en la terminal administrada por APM Terminals es la colocación de la droga dentro de los frigoríficos y equipos de refrigeración de los contenedores, en lugar de ocultarla entre las mercancías.
Zamora confirmó que otra de las técnicas que ahora emplean las bandas es distribuir las sustancias prohibidas en paquetes o dosis menores: en lugar de tratar de ocultar piezas de un kilogramo, por ejemplo, las embalan en paquetes más pequeños y delgados, de menor peso.
Los grupos criminales también han optado por ser más minuciosos en cómo esconden la droga entre productos frescos como piña, banano o tubérculos, en dosis más pequeñas y con mayores protecciones.
Caso Embassy
Dos grupos criminales lograron colocar al menos 3.513 kilos de cocaína que llegaron a naciones como Países Bajos, Bélgica, España, Portugal y Alemania desde Costa Rica. Esta cifra equivale a 10 decomisos, pero no se descarta que más droga haya alcanzado su destino. En una serie de allanamientos la semana pasada, las estructuras fueron desarticuladas.
La primera incautación vinculada con esta investigación fueron 271 kilogramos que aparecieron en Bélgica. Luego, en 2023, se confiscaron dos cargamentos de 228 kg y 212 kg también en Bélgica, además de otro con 130 kg en Países Bajos.
Para 2024, se detectaron dos cargas en Países Bajos de 26 y 145 kilogramos, respectivamente. También en Portugal se incautaron tres cargamentos de 210,5 kg, 145 kg y 251 kg, todos salidos de puertos costarricenses.
Durante el año en curso aparecieron 166 kilos en España y varias cargas más pequeñas de cocaína no pudieron salir del país.
Parte de la droga no salió por la TCM, sino por el puerto Gastón Kogan, reconoció Zamora. Esta terminal también está en Moín, pero es administrada por la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
Allí todavía no hay escáneres instalados, pese a que desde noviembre del año pasado el gobierno de Estados Unidos, a través de su embajada, donó y entregó dos dispositivos fijos para su instalación en ese muelle.
Aunque la promesa del Gobierno era tenerlos en operación a inicios de año, ahora el propio jerarca reconoce que tardarán unos cuatro meses más en iniciar operaciones. Es decir, podrían no funcionar sino hasta septiembre próximo.
En total, fueron al menos 29 los contenedores contaminados por las dos bandas desmanteladas este miércoles, que sumaron 5,4 toneladas entre lo que llegó a Europa y lo que no logró salir de Costa Rica.
Fueron en total 20 allanamientos ejecutados el pasado miércoles. El operativo permitió la detención de 10 hombres y 2 mujeres, quienes cumplían diferentes funciones dentro de la estructura: logística, coordinación de envíos, facilitación de trámites, búsqueda de plantas empacadoras en el país y adquisición de productos.